Centradas en Cristo, enriquecidas por el diálogo con el estilo del sistema preventivo.

El genuino ambiente educativo de los orígenes, caracterizado por relaciones fraternas auténticas, por compartir la vida y la misión con las educandas y con

algunas educadoras seglares, es el vino bueno del que tienen necesidad tanto los jóvenes de entonces como los de hoy.

En un estilo de animación que implica y promueve la comunión: María orienta a una animación que se pone al servicio, acompaña, implica y genera vida.

Los recursos presentes en cada persona esperan ser potenciados y valorados para manifestarse en plenitud, para la gloria de Dios y el servicio de la misión educativa común.

Para una misión compartida en la diversidad: Vocaciones distintas, en sinergia, al servicio de la única misión de la comunidad, que se convierte en espacio de la diversidad y complementariedad apostólica.

Fieles al carisma salesiano, sentimos la necesidad de crecer en la capacidad de cuidar las relaciones de reciprocidad, entre los distintos miembros de la comunidad educativa, con y por los jóvenes que el Señor nos confía, para que puedan crecer y florecer.

Hacia una misionariedad profética: La frescura de los orígenes en la alegría y en la apertura misionera hace que también hoy las comunidades sean fecundas y atrayentes.